Se trata de una técnica, "simple-restrictiva" que actúa limitando la cantidad de alimentos que se ingieren. Consiste en la colocación de una banda de silicona que abraza al estómago dividiéndolo en dos partes. La cavidad superior de pequeño volumen, se comunica con el resto del estómago a través de una salida estrecha y pequeña. De esta forma, se consigue que el paciente operado se llene pronto al comer y tenga una saciedad precoz, duradera, que contribuye a modificar su comportamiento alimentario. La intervención, realizada bajo anestesia general, se lleva a cabo habitualmente por vía laparoscópica, siendo un procedimiento menos invasivo y con menos dolor, que los aplicados con cirugía abdominal abierta.
Esta técnica conlleva menores riesgos que la cirugía convencional (abierta), permite iniciar la toma de alimentos por vía oral en el mismo día de la intervención quirúrgica y condiciona un postoperatorio menos molesto, con alta hospitalaria precoz (24-48 horas). Un mes después de la intervención el diámetro de la banda es ajustado bajo control radiológico. Esto nos permite regular el paso de los alimentos, a través de la estrechez que produce la banda, consiguiendo una reducción de la comunicación entre las dos partes del estómago, aumentando la saciedad. El sistema proporciona a la intervención, un carácter personalizado (ajustable) a las características de cada paciente.
Esta técnica es totalmente reversible siendo posible retirar la banda, si la situación lo precisara, sin secuela alguna al no haberse alterado la anatomía del estómago ni de ningún otro órgano interno. Debido al alto índice de complicaciones como migraciones, prolapso, infecciones o rechazo del portal (válula de ajuste) y fallas en la curva de descenso de peso, desde el año 2005 la hemos estado abandonando.